Fitosteroles: Cómo ayudan a controlar el colesterol
Los fitosteroles son compuestos naturales presentes en las plantas que, dentro de una dieta saludable, pueden ayudar a reducir el colesterol en sangre y, por ende, a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se encuentran de forma natural en frutas, verduras, granos integrales y frutos secos, y también están disponibles en lácteos fortificados y como suplementos dietéticos. Este artículo resume qué son, cómo actúan, qué tipos existen, quiénes deberían utilizarlos y qué considerar al incorporarlos en la dieta.
Qué son los fitosteroles
Los fitosteroles son sustancias naturales de origen vegetal que comparten similitud estructural con el colesterol humano. Por su parecido químico, compiten con el colesterol en el intestino para su absorción. Cuando se ingieren fitosteroles en lugar de colesterol, una parte del colesterol no se absorbe y es eliminada por el organismo, lo que puede traducirse en niveles menores de colesterol en la sangre y, en consecuencia, una menor carga de riesgo cardiovascular.
Relación con el colesterol
El colesterol es una sustancia grasa necesaria para funciones como la construcción de membranas celulares, la protección de nervios y la síntesis de ciertas vitaminas y hormonas. Sin embargo, una cantidad elevada de colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad, conocido como “colesterol malo”) puede acumularse en las arterias y favorecer la aterosclerosis, aumentando el riesgo de ataques cardíacos y derrames. En cambio, el colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad, conocido como “colesterol bueno”) ayuda a proteger las arterias. Los fitosteroles actúan reduciendo la absorción intestinal de colesterol, lo que se asocia a descensos en el LDL cuando se consumen de manera adecuada dentro de una dieta saludable.
Cómo funcionan
La acción de los fitosteroles se basa en la semejanza de su estructura a la del colesterol. En el intestino, los fitosteroles compiten con el colesterol por los sitios de absorción. Al absorberse menos colesterol, se excreta una mayor cantidad de éste como desecho, y con ello disminuyen los niveles de LDL en la sangre. Este efecto es más notable cuando forman parte de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol. pueden colaborar con otros fármacos reductores del colesterol en algunas personas.
Tipos de fitosteroles
Existen numerosos tipos identificados, aunque los más comunes en la alimentación y en productos fortificados incluyen:
- Beta-sitosterol
- Beta-sitostanol
- Campestanol
- Campesterol
- Stigmasterol
Aplicaciones clínicas y quiénes deberían usarlos
Indicaciones y población objetivo
La mayoría de las personas puede beneficiarse al incluir más alimentos que contengan fitosteroles. En particular, podrían obtener ventajas si presentan alguno de los siguientes escenarios:
- Enfermedad cardíaca o historia familiar de enfermedad cardíaca.
- Colesterol alto, incluyendo hiperlipidemia familiar (FH) o dificultad para controlarlo.
- Historia de arteriosclerosis u otras condiciones que aumentan el riesgo cardiovascular.
Contraindicaciones y precauciones
No todas las personas deben usar fitosteroles. En especial, no se recomiendan para personas con sitosterolemia, un trastorno genético en el que se acumulan colesterol y fitosteroles en el cuerpo. En estos casos, niveles elevados de fitosteroles pueden aumentar el riesgo de aterosclerosis prematura. Si hay antecedentes familiares o preocupaciones, es esencial consultar con un profesional de la salud o un dietista para elaborar un plan adecuado.
Beneficios y evidencia
Los fitosteroles son eficaces para disminuir el colesterol LDL cuando se consumen en cantidades suficientes como parte de una dieta saludable. Se ha visto que una ingesta diaria de aproximadamente 2 gramos de fitosteroles se asocia con una reducción del LDL en un rango de 8% a 10%. pueden aportar beneficios en personas que ya están tomando otros fármacos reductores del colesterol, como estatinas o ezetimiba, potenciando de manera complementaria la reducción del LDL.
Riesgos y consideraciones de seguridad
- Seguridad general: los fitosteroles suelen ser seguros para la mayoría de las personas sanas. No tienden a permanecer en el cuerpo y, en general, no afectan la absorción de vitaminas liposolubles A, D, E y K, que requieren grasa para su absorción.
- Interacciones con medicamentos: no deben sustituir a medicamentos recetados ni sustituir tratamientos indicados por el profesional de la salud. Si se utilizan suplementos de fitosteroles, conviene leer las etiquetas para identificar posibles ingredientes y efectos secundarios y consultar con el profesional de salud ante dudas.
Seguridad en la infancia
Los suplementos de fitosteroles aún no han sido suficientemente evaluados en población infantil para garantizar su seguridad. Si se considera su uso en niños, es fundamental consultar al médico o dietista del niño, especialmente si tiene riesgo elevado de enfermedad cardíaca.
Ingesta diaria recomendada y metas prácticas
Las recomendaciones oficiales señalan que los alimentos que contienen fitosteroles pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Se sugiere consumir alimentos con al menos 0,65 g de fitosteroles por porción, dos veces al día, para un total diario de al menos 1,3 g. Estas cantidades deben formar parte de una dieta global baja en grasas saturadas y colesterol. En adultos con colesterol alto, las necesidades pueden ser mayores. En ese contexto, la NCEP recomienda 2 g de fitosteroles diarios para ayudar a proteger contra el riesgo cardiovascular.
En la práctica estadounidense, la mayoría de las personas ingiere entre 160 y 500 mg de fitosteroles al día, lo que representa solo una fracción de las dosis recomendadas para obtener beneficios significativos. Por ello, podría ser necesario recurrir a productos enriquecidos o a suplementos, siempre bajo supervisión profesional, para alcanzar las metas deseadas.
Fuentes alimentarias de fitosteroles
Fuentes naturales
Los fitosteroles se encuentran en cantidades variables en diversos alimentos de origen vegetal. Entre las fuentes naturales destacan:
- Frutas
- Legumbres (por ejemplo, frijoles y lentejas)
- Nueces y semillas
- Verduras y hortalizas
- Aceite(s) vegetales (prensa o refinados)
- Germen de trigo
- Cereales integrales y productos derivados
Alimentos fortificados y productos enriquecidos
Además de las fuentes naturales, existen productos que han sido enriquecidos con fitosteroles para facilitar su ingesta diaria. Entre ellos se encuentran:
- Pan enriquecido con fitosteroles
- Barras de desayuno o snack enriquecidas
- Cereal fortificado
- Queso fortificado con fitosteroles
- Chocolate enriquecido
- Jugo con fitosteroles
- Queso para untar bajo en grasa
- Margarina enriquecida
- Leche enriquecida
- Aderezo para ensaladas con fitosteroles
- Yogur enriquecido
Consejos prácticos para incorporar fitosteroles
- Lee las etiquetas de los productos para identificar la cantidad de fitosteroles por porción y la frecuencia de consumo recomendada.
- Prioriza una dieta global equilibrada, con mínimo de grasas saturadas y colesterol bajos, para potenciar el efecto de los fitosteroles en la reducción de LDL.
- Consulta con un profesional de la salud para decidir si necesitas un suplemento de fitosteroles y cuál dosis es adecuada para ti, especialmente si ya sigues otros tratamientos para el colesterol.
- No sustituyas medicamentos recetados por fitosteroles. Si ya tomas estatinas u otros fármacos, informalo a tu médico para ajustar el plan de tratamiento si fuera necesario.
Consideraciones finales
Los fitosteroles pueden ser una herramienta útil para la gestión del colesterol LDL cuando se integran en una dieta general saludable y se ajustan a las recomendaciones individualizadas. Su beneficio se ve mayor cuando se acompaña de hábitos como la reducción de grasas saturadas, una mayor actividad física y la adherencia a los tratamientos indicados por el equipo de salud. Ante cualquier duda, la guía profesional es fundamental para decidir la mejor estrategia para cada persona.
Bibliografía
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