Síntomas extrapiramidales: ¿Qué los causa?
Los síntomas extrapiramidales (EPS) son trastornos del tono y del movimiento causados principalmente por ciertos fármacos antipsicóticos. Abarcan rigidez muscular, temblores, bradicinesia y movimientos involuntarios descontrolados. Se dividen en cuadros agudos y tardíos, y pueden interferir significativamente en la vida diaria. Su manejo habitual implica ajustar la medicación, utilizar tratamientos específicos y vigilar de cerca la evolución para evitar complicaciones graves.
Qué son y cómo funcionan
El sistema extrapiramidal es una red de neuronas en el cerebro esencial para mantener la postura y controlar movimientos involuntarios. Incluye varias regiones, como la corteza cerebral y el cerebelo, pero principalmente los ganglios basales, que regulan las señales que envía el cerebro para mover los músculos. Los EPS reciben su nombre por involucrar disfunciones del movimiento. Los fármacos antipsicóticos afectan la dopamina en el cerebro, y la dopamina es un neurotransmisor clave para el funcionamiento de este sistema extrapiramidal, especialmente en los ganglios basales.
Qué buscar: signos y síntomas
Clasificación general
Las alteraciones se agrupan en agudas (de inicio inmediato o en días) y tardías (desarrolladas tras meses o años de tratamiento). Algunas manifestaciones se pueden percibir por la persona (síntomas), mientras que otras solo las detecta el médico durante la exploración (signos).
EPS agudos
- Distrofia (distonía) aguda: contracciones musculares sostenidas o espasmos que producen movimientos anormales o posturas extrañas. Afecta a múltiples grupos musculares, desde cuello y tronco hasta músculos faciales.
- Parkinsonismo agudo: lentitud de movimientos (bradicinesia), temblores y rigidez o rigidez muscular. Puede acompañarse de una postura encorvada y una marcha lenta y arrastrada.
- Acatisia: sensación interior de inquietud que impide permanecer quieto; suele acompañarse de movimientos repetitivos, como cruces de piernas, balanceos de una pierna a otra o desplazamientos constantes.
EPS tardíos
- Discinesia tardía: movimientos involuntarios faciales o de la garganta como muecas, movimientos de los labios, crujidos faciales o masticación involuntaria que puede dificultar comer, hablar o beber.
- Distonía tardía: muestra de distonía similar a la aguda, pero que se desarrolla tras uso prolongado y tiende a persistir durante mucho tiempo, incluso años.
- Parkinsonismo tardío: rasgos parecidos al Parkinson: bradicinesia, rigidez y temblores que aparecen tras un uso prolongado de antipsicóticos.
- Acatisia tardía: inquietud y necesidad constante de moverse que emerge después de un tiempo de tratamiento.
Posibles causas
Factores farmacológicos
La causa principal de los EPS es el bloqueo de receptores de dopamina en el cerebro por antipsicóticos. La dopamina es un neurotransmisor clave para el control de los movimientos, y su alteración puede provocar trastornos del movimiento. Entre los fármacos, los que con mayor frecuencia causan EPS son los antipsicóticos de primera generación (típicos), como el haloperidol y ciertas fenotazinas.
Factores que modulan el riesgo
Los antipsicóticos de segunda generación (atípicos) provocan EPS con menor frecuencia, pero el riesgo aumenta a medida que aumenta la dosis. Otros fármacos también están vinculados a EPS, entre ellos:
- Antieméticos (medicamentos para náuseas) como metoclopramida, droperidol y prochlorperazina.
- Bloqueadores de canales de calcio.
- Litio.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
- Estimulantes.
- Antidepresivos tricíclicos (ATC).
En casos poco frecuentes, también se ha asociado EPS con otros fármacos como antivirales, antiarrítmicos o ácido valproico.
Factores de riesgo identificados
- Administración de dosis altas de medicamentos.
- Tratamiento con antipsicóticos de primera generación.
- Historia previa de EPS.
- En mujeres mayores de 65 años, mayor probabilidad de Parkinsonismo y discinesia tardía.
- En hombres menores de 65 años, mayor probabilidad de distonía.
Tratamiento y manejo
Abordaje inicial de los EPS
Los EPS, especialmente los agudos, pueden autolimitirse, pero no siempre. Ante la aparición de estos síntomas, es crucial buscar atención médica de inmediato. En muchos casos, el manejo adecuado implica cambios en la medicación que está causando EPS y, a veces, el uso de fármacos específicos.
Primera línea en la atención
- Revisar la medicación: evaluar la necesidad de continuar con el antipsicótico causante. Se puede considerar cambiar a un antipsicótico de segunda generación o reducir la dosis.
- Evitar suspender abruptamente los fármacos cuando no sea necesario, ya que pueden ser esenciales para el tratamiento del trastorno subyacente. La decisión debe ser cuidadosa y personalizada.
Opciones farmacológicas específicas
- Antimuscarínicos: benztropina o trihexifenidilo, útiles para dystonía aguda, akatisia y parkinsonismo.
- Benzodiacepinas: pueden emplearse para distonía tardía, discinesia tardía y akatisia en ciertos casos.
- Toxina botulínica (Botox): inyecciones para distonía facial u otros movimientos focales.
- Estimulación cerebral profunda o palidotomía: opciones para casos graves de distonía tardía que no responden a otros tratamientos.
Tratamiento específico por tipo de EPS
La elección terapéutica depende del tipo y la severidad de los síntomas. En general, se busca suprimir o reducir los movimientos involuntarios manteniendo el control del trastorno subyacente para el que se prescribe el antipsicótico.
Consideraciones sobre el control de riesgo y seguridad
La EPS puede afectar de forma marcada la vida diaria, la interacción social y la capacidad de realizar tareas cotidianas. En ausencia de tratamiento, pueden surgir conductas adversas como irritabilidad o pensamientos autolesivos en algunos casos, y muy raramente episodios de laringoespasmo o espasmos cricofaríngeos que comprometan la respiración. Por ello, ante la aparición de EPS, es fundamental buscar atención médica temprana y no retrasar la evaluación.
Riesgos de no tratar las EPS
- Impacto significativo en la vida diaria y la funcionalidad.
- Asociación con conductas agresivas, ideas suicidas o violencia en casos graves, especialmente si no se maneja adecuadamente.
- En condiciones extremas, puede haber complicaciones como espasmos que afecten la vía aérea.
Si se llega a considerar el suicidio, es crucial hablar con alguien de confianza y buscar ayuda profesional de inmediato. En muchos lugares, hay líneas de ayuda disponibles las 24 horas; por ejemplo, la línea de crisis de suicidio puede atender por teléfono o mensaje.
Cuándo acudir al profesional de salud
Cuándo consultar ante EPS
Si se desarrollan problemas de movimiento tras iniciar un medicamento, avise a su profesional de salud lo antes posible. La detección temprana facilita intervenciones más efectivas. Los médicos son conscientes del riesgo de EPS al prescribir antipsicóticos y, por ello, suelen realizar un seguimiento regular de los síntomas después de empezar el tratamiento.
Prepararse para la consulta
Antes de iniciar cualquier tratamiento nuevo, es importante discutir los efectos secundarios posibles con su profesional de salud. Esto ayuda a anticipar signos de EPS y entender los riesgos, así como a planificar un manejo adecuado si aparecen síntomas.
Detalle práctico para el seguimiento
Monitoreo y ajuste terapéutico
El manejo de EPS debe ser individualizado. En la práctica clínica, se evalúa la relación entre el beneficio terapéutico del antipsicótico y el riesgo de EPS, ajustando dosis, cambiando de fármaco o añadiendo medicación específica para EPS. El objetivo es lograr un control adecuado de la condición psiquiátrica minimizando efectos adversos.
Notas sobre la comunicación con el equipo de salud
Informe a su equipo de salud sobre cualquier nuevo movimiento, rigidez, dificultad para moverse, dolor muscular o movimientos anómalos de la cara o las extremidades. Describir cuándo comenzaron, si aparecen en reposo o al realizar movimientos, y si hay otros síntomas como dolor, fatiga o cambios en la energía puede ayudar a una evaluación más precisa.
Qué hacer si surgen efectos secundarios
- No suspenda el tratamiento por su cuenta sin indicación médica.
- Consigne los síntomas con detalle: tipo de movimiento, presencia de dolor, duración y desencadenantes.
- Solicite una revisión de la medicación para considerar ajustes de dosis o cambios de fármacos.
- Considere medidas de soporte para la calidad de vida: fisioterapia, ejercicios de movilidad y supervisión de la adherencia al tratamiento.
Vídeo sobre Síntomas extrapiramidales: ¿Qué los causa?
Bibliografía
Autor
Íñigo Aranda
Íñigo Aranda es un apasionado de la divulgación en salud y bienestar.
Con experiencia investigando hábitos saludables y tendencias médicas, dedica su tiempo a compartir información clara y práctica.