Vidaliax VIDALIAX

¿Qué causa el dolor en la parte externa de mi rodilla?

Fuente

El dolor en la rodilla por el lado externo, conocido clínicamente como dolor lateral de la rodilla, es una molestia común que puede afectar desde una actividad cotidiana hasta el rendimiento deportivo. Aunque a menudo se debe a un uso excesivo o a lesiones leves, en ocasiones puede indicar problemas más significativos. Conocer dónde se presenta, qué síntomas lo acompañan y qué causas son más probables facilita la toma de decisiones sobre tratamiento y prevención.

Definición y manifestaciones del dolor lateral de la rodilla

El dolor en la parte externa de la rodilla se percibe en la zona que está contraria al interior del cuerpo. Es importante describir la sensación para ayudar al profesional de la salud a identificar la causa. Las sensaciones más frecuentes pueden ser:

  • Dull o amargo dolor ligero, persistente o intermitente.
  • Aching dolor sordo que puede aumentar con determinadas actividades.
  • Dolor punzante o sensación de pinchazo en momentos específicos.
  • Aguja o dolor agudo en determinados movimientos o en ciertas posiciones de la rodilla.
  • Molestia o dolor constante que puede permanecer durante todo el día o fluctuar con la actividad.

La intensidad y el patrón del dolor pueden variar según el movimiento. Por ejemplo, algunas personas notan dolor al subir escaleras o al flexionar o extender la rodilla en ciertos ángulos. Si el dolor cambia con la actividad, es útil informar al profesional de salud. pueden acompañarse otros síntomas, entre ellos:

  • Hinchazón alrededor de la rodilla.
  • Moretón o equimosis en la zona.
  • Manifestaciones sonoras o táctiles como clic, chasquido o sensación de bloqueo.
  • Sensación de calor en la rodilla o coloración de la piel que indique irritación.

Causas probables del dolor lateral

Síndrome de la banda iliotibial

Este síndrome ocurre cuando una de las bandas de tejido conectivo en la parte externa de la cadera y la rodilla se tensa o irrita. La irritación o tensión de este tendón puede provocar un dolor agudo, punzante o quemante en la zona lateral de la rodilla, especialmente durante movimientos repetitivos o al hacer esfuerzos que implican flexión y extensión de la pierna. Aunque frecuentemente se asocia con actividades como correr o subir cuestas, también puede presentarse con cambios en la técnica de ejercicio o en la biomecánica de la pierna.

Artritis: osteoartritis y artritis reumatoide

La artritis es un término general para describir la inflamación de la articulación. En la rodilla, la oste oartritis y la artritis reumatoide son dos de los tipos más frecuentes de enfermedad articular de la rodilla. La osteoartritis se relaciona con el desgaste del cartílago que cubre las superficies articuladas, mientras que la artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria de origen autoinmune que puede afectar la rodilla y otras articulaciones. Más allá de la localización externa, la inflamación y el deterioro progresivo de la articulación pueden manifestarse como dolor lateral, rigidez y dificultad para realizar movimientos básicos.

Tendinitis del tendón poplíteo

La tendinitis en el tendón poplíteo se origina por la inflamación de este tendón, que conecta los músculos del muslo con los huesos de la pierna. La inflamación puede generar dolor en la región lateral de la rodilla y puede empeorar con movimientos que impliquen flexión o extensión repetida de la rodilla. Aunque el tendón poplíteo no es el tendón más destacado en la rodilla, su inflamación puede contribuir significativamente a la experiencia de dolor en el lateral de la articulación.

Lesiones del ligamento colateral lateral (LCL)

Las lesiones del LCL ocurren cuando se produce una sobrecarga o un trauma que estira o desgarra este ligamento situado en la parte externa de la rodilla. Son comunes en entornos deportivos o durante caídas que aplican fuerzas hacia el interior de la rodilla. Un desgarro o desinserción del LCL puede provocar dolor lateral, inestabilidad y limitación funcional, especialmente al intentar mover la pierna en determinadas direcciones o al girar la rodilla.

Desgarros del ligamento cruzado posterior (PCL)

El ligamento cruzado posterior participa en la estabilidad de la rodilla, especialmente al doblarla y soportar fuerzas que empujan la tibia hacia atrás. Las lesiones del PCL pueden provocar dolor lateral, hinchazón y sensación de inestabilidad. En muchos casos, estas lesiones están asociadas a traumatismos como golpes directos desde la parte frontal de la rodilla o caídas contundentes.

Desgarros del menisco

Los meniscos son estructuras en forma de media luna que actúan como amortiguadores entre el fémur y la tibia. Un desgarro puede ocurrir durante giros bruscos o giros de la rodilla cuando se aplica una torsión repentina, por ejemplo, durante la práctica deportiva o un resbalón. El dolor lateral puede presentarse junto con dolor en la rodilla al girar, hinchazón y sensación de bloqueo o bloqueo intermitente de la articulación.

Síndrome patelofemoral (PFPS)

El PFPS se manifiesta con dolor alrededor de la rótula (patela), que a veces se irradia hacia el lateral de la rodilla. Aunque comúnmente se describe como dolor alrededor de la rótula, algunas personas pueden experimentar dolor que se extiende o se percibe en la región externa de la rodilla, especialmente con actividades que implican subir o bajar escaleras, agacharse o sentarse con la rodilla flexionada durante periodos prolongados.

Tratamiento y manejo del dolor lateral

Enfoque general

Un profesional de la salud propondrá opciones para aliviar el dolor y tratar la causa subyacente. En muchos casos, el dolor lateral de la rodilla se maneja de forma conservadora en el hogar, combinando medidas de alivio sintomático y reeducación de la mecánica de la rodilla. La elección del tratamiento dependerá de la causa específica, la severidad de los síntomas y el impacto en la vida diaria.

Medicamentos

Los analgésicos y antiinflamatorios pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación asociada. En general, se pueden utilizar analgésicos simples como el paracetamol (acetaminofén) o antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como el ibuprofeno, siempre siguiendo las indicaciones de dosis y considering contraindicaciones personales. Algunas personas pueden requerir medicación adicional si el dolor es persistente o si hay inflamación significativa, bajo supervisión médica.

RICE o MEAT

Para manejo inicial en casa, se pueden aplicar enfoques como RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) o el protocolo alternativo MEAT (según indicación del profesional). Estos métodos ayudan a disminuir la inflamación y el dolor, facilitando la recuperación. Es importante moderar las actividades físicas que agraven el dolor y, en algunos casos, adaptar o limitar movimientos para evitar nuevas irritaciones durante la curación.

Rehabilitación y fisioterapia

La fisioterapia cumple un papel central en la recuperación: fortalece los músculos que rodean la rodilla, mejora la flexibilidad y corrige desequilibrios que puedan aumentar la carga sobre la articulación. Un plan terapéutico personalizado puede incluir ejercicios específicos de fortalecimiento, estiramientos y técnicas de entrenamiento neuromuscular. Estas intervenciones no solo reducen el dolor, sino que pueden disminuir la probabilidad de recurrencias al corregir la biomecánica durante la marcha y la actividad física.

Uso de una rodillera o soporte

El uso de una rodillera o un soporte adecuado puede ayudar a mantener la alineación adecuada de la rodilla y a reducir la presión en la articulación durante la curación. Un dispositivo correcto debe ajustarse bien y ser cómodo para que la persona pueda continuar con ejercicios de rehabilitación y con actividades diarias sin impedir el movimiento necesario para la recuperación.

Cirugía

La necesidad de intervención quirúrgica es poco frecuente para la mayoría de las causas de dolor lateral de la rodilla. Sin embargo, podría considerarse en situaciones como: un desgarro significativo de un ligamento, o cuando el dolor de origen articular severo causada por artritis persistente no responde a otros tratamientos. En casos avanzados de artrosis que limitan la función y el dolor, se podría contemplar un reemplazo de rodilla tras evaluar las opciones terapéuticas no quirúrgicas previamente.

Prevención del dolor en la superficie externa de la rodilla

Adoptar medidas preventivas puede reducir el riesgo de presentar dolor lateral o de evitar su empeoramiento durante la actividad física y la vida diaria. A continuación se presentan recomendaciones generales:

  • Asistencia en la marcha: si existe dificultad para caminar o mayor riesgo de caída, usar un bastón o un andador puede ayudar a distribuir el peso y mejorar la estabilidad.
  • Herramientas y equipamiento adecuado: al realizar tareas en casa para alcanzar objetos, emplear las herramientas o equipos apropiados y evitar apoyarse en sillas, mesas o encimeras inestables.
  • Hogar y lugar de trabajo sin desorden: mantener espacios libres de obstáculos para prevenir tropiezos que puedan provocar movimientos bruscos de la rodilla.

En el ámbito de la actividad física y el deporte, algunas pautas clave para prevenir dolor y lesiones incluyen:

  • Estiramiento y calentamiento: realizar una sesión de calentamiento y estiramientos antes de practicar cualquier deporte o ejercicio intenso para preparar la musculatura y las articulaciones para la actividad.
  • Protección adecuada: usar el equipo de protección apropiado según la disciplina practicada para reducir el riesgo de impacto o tracción excesiva sobre la rodilla.
  • No “jugar con el dolor”: si la rodilla duele durante o después del ejercicio, detenerse y consultar para evitar lesiones más graves.
  • Enfriamiento y estiramiento posterior: permitir que el cuerpo retorne gradualmente a su estado de reposo con estiramientos leves después de la actividad.
  • Descanso suficiente: incluir periodos de descanso para que las estructuras de la rodilla se reparen y adapten al esfuerzo realizado.

Cuándo consultar al profesional de salud

Cuándo buscar atención médica

Solicita valoración de un profesional de la salud si se presentan cualquiera de las siguientes situaciones:

  • No poder mover o usar la rodilla o una marcada limitación funcional.
  • Dolor en la rodilla externa que persiste durante varios días y no cede con medidas básicas de cuidado en casa.
  • Dolor significativo que interfiere con la vida diaria o la realización de actividades habituales.
  • Dolor de rodilla acompañado de fiebre o sensación de calor intenso en la zona afectada, lo que puede indicar inflamación o infección.

En casos de traumatismo grave, accidente automovilístico o caída severa, o si hay sospecha de fractura, es necesario acudir a servicios de urgencias de inmediato. Busca atención de emergencia si la rodilla no permite el movimiento, si la pierna presenta deformidad o si el dolor es desproporcionado respecto al mecanismo lesional.

Vídeo sobre ¿Qué causa el dolor en la parte externa de mi rodilla?

Bibliografía

Autor

Autor Íñigo Aranda Íñigo Aranda Íñigo Aranda es un apasionado de la divulgación en salud y bienestar. Con experiencia investigando hábitos saludables y tendencias médicas, dedica su tiempo a compartir información clara y práctica.