¿Qué es la presentación de vértice durante el parto?
La presentación de vértice describe la orientación del feto para un parto vaginal seguro. Es especialmente relevante hacia el final del embarazo, ya que indica al equipo de atención obstétrica cuál podría ser la vía de llegada del bebé y qué estrategias podrían resultar más adecuadas. En la presentación de vértice, la coronilla o la parte superior de la cabeza del feto se dirige hacia el cuello del útero, con la barbilla cerca del pecho.
Qué es la presentación de vértice y qué implica
La presentación de vértice significa que el feto está en una posición de cabeza primero, con la barbilla orientada hacia el pecho y la cabeza flexionada. En esta configuración, la corona de la cabeza se presenta primero en el canal de parto, es decir, la cabeza precede al resto del cuerpo y el parto vaginal puede ser más seguro y directo cuando el feto está en vértice.
- Vértice: se refiere a la parte de la cabeza que se presenta en el cuello uterino durante el parto.
- Presentación cefálica: término más amplio que indica que el feto está en posición de cabeza hacia abajo. El vértice es una forma específica de presentación cefálica en la que la flexión del cuello facilita la entrada de la cabeza.
- Otras variaciones dentro de las presentaciones cefálicas existen, como la presentación en cefo o brow o la presentación de cara, que describen diferentes grados de flexión o extensión del cuello del feto.
¿La presencia del vértice significa que el parto está próximo?
No necesariamente. La llegada del parto no depende de una única señal de vértice. Aunque muchos fetos adoptan la presentación de vértice entre las semanas 32 y 36 de gestación, es posible que un feto cambie a una posición cefálica adecuada de vértice incluso después de la semana 36. En otras palabras, la presentación puede seguir cambiando durante las últimas semanas del embarazo y es el equipo de atención quien la monitoriza para decidir la vía de parto más segura.
Detección y seguimiento de la posición fetal
La evaluación de la posición del feto se realiza habitualmente en las visitas prenatales mediante dos métodos principales:
- Maniobras de Leopold: una serie de palpadas abdominales realizadas por el profesional de salud para identificar las grandes partes del feto (cabeza, espalda, nalgas) y su orientación en el útero.
- Ecografía: técnica de imagen que confirma con precisión la posición de la cabeza y la flexión del cuello y ayuda a confirmar si el feto está en vértice o en otra presentación.
Además de estas herramientas, la evolución de la posición puede ser relevante para planificar el manejo del parto y decidir si se prefiere un parto vaginal o una intervención obstétrica mayor. Es importante entender que la posición puede variar a lo largo de la gestación, y la revisión de la posición fetal se realiza de forma regular durante el control prenatal.
Implicaciones para el parto vaginal
La presentación de vértice es la forma más segura y habitual para lograr un parto vaginal exitoso. La evidencia acumulada a lo largo de varias décadas apoya que, cuando el feto está en vértice, el objetivo del equipo de atención es facilitar el parto de la manera más segura posible para la madre y el recién nacido. En la mayoría de los casos, un feto en vértice facilita la progresión del parto y reduce la complejidad de la salida fetal en comparación con otras presentaciones.
Complicaciones asociadas a la presentación de vértice
Aun cuando el vértice es la vía preferida para el parto vaginal, pueden ocurrir complicaciones, especialmente cuando existen factores adicionales como un tamaño fetal grande o una estrechez del canal del parto. Las complicaciones más relevantes pueden incluir:
- Macrossomía o un feto de gran tamaño que podría no caber fácilmente por el canal de parto. En estos casos, la evacuación vaginal puede presentar riesgos.
- Retraso o dificultad en el descenso de la cabeza o en la maniobra de salida de la cabeza, lo que aumenta el riesgo de complicaciones durante el parto.
- En determinadas situaciones, la posición distócica (dificultad para el paso de las partes fetales) puede requerir una cesárea para garantizar la seguridad de la madre y el bebé.
Comparación con la presentación de nalgas o “breech”
La presentación de nalgas o breech se produce cuando los intereses del bebé no están con la cabeza orientada hacia el cuello del útero, sino con los pies o las nalgas por delante. En general, la mayoría de los fetos prefieren la vía cefálica y, cuando están en breech al término, los riesgos de un parto vaginal son mayores en comparación con la vía abdominal. Por ello, la cesárea suele considerarse como la vía más segura en situaciones de breech a término para reducir complicaciones potenciales.
Entre el 3% y el 4% de los recién nacidos son breech al término. En estas circunstancias, el equipo de atención suele hablar sobre la opción de cesárea para entregar al bebé de forma segura. En algunos casos, se puede discutir el intento de versión cefálica externa (ECV) para convertir la presentación en vértice.
¿Puede un feto en vértice volverse a breech?
Una vez que el feto adopta la presentación en vértice, es poco frecuente que cambie de nuevo a breech. En raras ocasiones, ciertas condiciones como polihidramnios (exceso de líquido amniótico) pueden asociarse a un mayor riesgo de que el bebé se coloque de forma diferente al momento del parto, pero esto no es lo habitual.
¿Puede mi médico girar al bebé para colocarlo en vértice?
Sí, en algunas circunstancias, el profesional de atención puede intentar girar el feto para lograr una posición de vértice. La decisión de realizar o no una maniobra de giro depende de múltiples factores clínicos y de los riesgos potenciales para la madre y el feto. No siempre es posible garantizar que la maniobra tenga éxito, y debe evaluarse cuidadosamente.
Métodos para intentar girar el feto a vértice
- Versión cefálica externa (ECV): técnica que requiere la participación de dos profesionales. Uno levanta la región de las nalgas o la parte inferior del feto, mientras el segundo aplica presión a través de la pared abdominal para rotar la cabeza fetal hacia adelante o hacia atrás. Este procedimiento busca convertir una presentación breech en vértice y se realiza con monitorización y control uterino. Implica riesgos y debe discutirse en detalle.
- Cambio de posición: en casa o en el hospital, ciertas posturas o cambios de posición pueden favorecer la movilidad fetal. Estas acciones suelen ser de bajo riesgo y pueden formar parte de una estrategia conservadora para intentar favorecer la rotación hacia vértice, aunque no hay garantía de éxito.
- Estimulación sonora o estímulos ambientales: ideas como música, conversación, cambios de temperatura o iluminación pueden, teóricamente, inducir movimiento fetal. Estas técnicas son de bajo riesgo y se utilizan como complemento, no como sustituto de intervenciones médicas cuando sean necesarias.
Qué implica la decisión de intentar una versión cefálica externa (ECV)
La ECV es una estrategia que puede convertir una presentación de breech en vértice, aumentando la posibilidad de parto vaginal en ciertas situaciones. Sin embargo, como cualquier intervención obstétrica, conlleva riesgos para la madre y para el feto, y su idoneidad depende de factores como la salud materna, la edad gestacional exacta, la cantidad de líquido amniótico, la posición exacta del feto y la presencia de cualquier complicación. Por ello, es fundamental que la decisión se tome tras una discusión detallada entre la persona gestante y su equipo de atención obstétrica, evaluando beneficios y posibles riesgos.
Resumen práctico para la toma de decisiones
- La posición vértice facilita un parto vaginal seguro cuando no hay complicaciones adicionales que lo contraindiquen.
- La evaluación de la posición se realiza con maniobras de Leopold y/o ecografía.
- La presentación breech al término se asocia con un mayor uso de cesárea, salvo excepciones o estrategias como la ECV cuando resulte apropiada y segura.
- Si la posición no es vértice, el equipo puede considerar alternativas para maximizar la seguridad del parto, que pueden incluir cesárea u otras intervenciones basadas en la evaluación clínica.
- La decisión de intentar una ECV o de recurrir a otras estrategias debe basarse en una valoración individualizada de riesgos y beneficios, siempre con consentimiento informado y comunicación clara entre la persona gestante y el equipo médico.
la presentación de vértice es la configuración más favorable para un parto vaginal cuando no hay indicaciones que sugieran lo contrario. La monitorización obstétrica, la evaluación por Leopold y/o ecografía permiten determinar la posición fetal, y, en determinadas circunstancias, se pueden considerar intervenciones para favorecer una salida cefálica adecuada. La comunicación abierta con el equipo de atención prenatal es clave para tomar decisiones seguras y personalizadas.
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