Cambios físicos tras el parto
Tras el parto, el cuerpo de la mujer atraviesa cambios para volver progresivamente a un estado no gestante. Este documento describe los signos habituales de recuperación, cómo manejarlos en casa y cuándo consultar a un profesional de la salud. Se abordan el sangrado posparto (loquia), la posible drenación de una incisión, la secreción y congestión mamaria, el cuidado perineal, las contracciones uterinas, molestias al orinar, estreñimiento, sudoración y la aparición de la menstruación, así como las señales de alarma que requieren atención médica.
Flujos sangrantes y recuperación del útero
Loquia: sangrado vaginal posparto
La loquia es la descarga vaginal que se produce tras un parto vaginal. Presenta un olor ligeramente rancio similar al de la menstruación. En los primeros tres días suele ser de color rojo oscuro y puede haber coágulos pequeños, no mayores que una ciruela, lo cual es normal. Del día 4 al 10, el sangrado se vuelve más acuoso y puede presentar tonalidades de rosado a pardo. Entre el día 7 y el día 14, la loquia tiende a ser de color cremosa o amarillento. Es posible que note mayor sangrado al levantarse por la mañana, durante la actividad física o durante la lactancia. Las personas que han tenido una cesárea pueden observar menos loquia a las 24 horas tras el parto que quienes dieron a luz vaginalmente. En condiciones normales, la loquia suele cesar en un plazo de cuatro a seis semanas. Se recomienda usar compresas y evitar tampones durante las seis semanas posteriores al parto, ya que no debe introducirse nada en la vagina en ese periodo.
Drenaje de la incisión
Si se realizó una cesárea o una ligadura tubaria, puede aparecer una pequeña cantidad de drenaje rosado y acuoso desde la incisión. Mantenga la incisión limpia y seca. Lávela con jabón y agua tibia. Se puede bañar o duchar como de costumbre. Si el drenaje no cesa, comuníquese con su profesional de salud para evaluación.
Secreción y drenaje mamario
Cuando se amamanta, los senos pueden presentar filtraciones de líquido. Si no puede amamantar, el goteo puede ocurrir al inicio y suele detenerse entre una y dos semanas después del parto. Las protecciones o discos para el pecho pueden ayudar a mantener la ropa seca durante este periodo.
Congestión mamaria
La congestión mamaria consiste en la hinchazón de los senos acompañada de calor, dureza y sensación de pesadez. Este cuadro suele ocurrir cuando la leche empieza a llegar o si se omite una toma. Si se está dando el pecho, la congestión puede presentarse en ese momento; si se está dando el biberón, puede aparecer igualmente.
Para aliviar la molestia, especialmente si se opta por no amamantar, se pueden usar analgésicos según indicaciones del profesional de salud y aplicar compresas frías. El uso de un sujetador de apoyo también ayuda. Si se continúa amamantando, la congestión puede prevenirse con tomas frecuentes o con extracción de leche.
Para aliviar el malestar al amamantar, se pueden realizar los siguientes pasos: aplicar compresas tibias o tomar una ducha tibia para favorecer el desdoblamiento de la leche y, luego, amamantar o extraer inmediatamente. Si no se obtiene alivio, evite repetir las mismas medidas, ya que podrían aumentar la hinchazón y obstaculizar el flujo de leche.
- Aplicar compresas de hielo en las mamas.
- Expresar algo de leche antes de la toma para facilitar la sesión de alimentación.
- Usar un antiinflamatorio como ibuprofeno, según indicación de su profesional de salud, para reducir la inflamación.
- Usar un sostén de soporte adecuado.
Si persiste el malestar, acuda a su profesional de salud, a un/la lactation consultant o a un grupo de apoyo para lactancia. Si observa una zona roja, en forma de cuña o cercana al pezón, podría tratarse de una infección y debe consultarse de inmediato.
Molestias en el periné y cuidado de la zona
Dolor en el periné tras episiotomía
Si se realizó una episiotomía, el área entre la vagina y el ano (perineo) puede presentar dolor y sensibilidad. Para aliviar esta molestia, se recomiendan baños tibios de asiento: sumerja la zona en una bañera con unos centímetros de agua tibia. Evite añadir burbujas, geles u otros productos que puedan irritar. También puede usar un basín pequeño que se acopla al inodoro para facilitar la higiene. Este tratamiento también puede emplearse para molestias por hemorroides.
Cuidado del periné
Mantener limpio el perineo favorece el confort y reduce el riesgo de infección. Después de cada uso del baño y/o al cambiar las compresas, utilice la botella peri anal o un sistema de enjuague con agua tibia, dirigiendo el chorro de delante hacia atrás sobre la zona entre la vagina y el recto. Seque con suavidad con papel, sin frotar. Cambie la compresa con frecuencia para mantener la zona limpia. Continúe con estas prácticas durante una semana tras el parto.
Contracciones posparto y dolor asociado
Contracciones uterinas
En las primeras horas tras el parto, la porción superior del útero, conocida como fondo, se sitúa aproximadamente al nivel del ombligo. Permanece allí durante un día y luego desciende gradualmente cada día. Si está amamantando, este descenso puede ocurrir más rápidamente. Sin complicaciones, el útero volverá a su tamaño aproximado no gestante (de aspecto similar a una pera) en unas seis semanas.
Calambres posparto o dolor por contracciones
Los calambres posparto, o dolores por contracciones, son causados por las contracciones uterinas que detienen el sangrado en el sitio donde se adherió la placenta. Este dolor es más frecuente si ha tenido más de un embarazo. Puede ser intenso, especialmente durante la lactancia, y suele durar unos cinco minutos antes de ir disminuyendo.
Para aliviar el malestar, considere las siguientes opciones:
- Acostarse boca abajo con una almohada bajo el abdomen.
- Caminar para favorecer la circulación.
- Tomar analgésicos según indicación de su profesional de salud.
- Tomar un baño de asiento para relajar la pelvis.
- Aplicar una compresa tibia o una almohadilla en el abdomen.
Molestias al orinar
Es frecuente sentir molestias al orinar tras el parto. Estas molestias son normales, pero informe a su profesional de salud si aparecen dolor o dificultad para orinar.
Incontinencia urinaria
La elongación de los músculos durante el parto puede provocar pérdida temporal de control urinario y, a veces, intestinal. La incontinencia urinaria puede ocurrir con la risa, la tos o el esfuerzo. Realice ejercicios de Kegel para mejorar la incontinencia urinaria; suele mejorar en las semanas siguientes a la primera consulta posparto. Si la incontinencia persiste, consulte con su profesional de salud.
Estreñimiento y control intestinal
Estreñimiento
El primer movimiento intestinal tras el parto puede retrasarse hasta el tercer o cuarto día. Su profesional de salud puede indicar o recomendar un ablandador de heces para facilitar las deposiciones. Mantenga una dieta rica en frutas, verduras y granos enteros para favorecer la regularidad intestinal. Beba al menos 10 a 12 vasos de líquidos al día. El uso de analgésicos narcóticos puede empeorar el estreñimiento, por lo que conviene minimizarlos cuando sea posible. Cremas de venta libre y baños de asiento pueden ayudar con las molestias de las hemorroides. Si el estreñimiento persiste, consulte a su profesional de salud.
Sudoración y regreso de la menstruación
Sudoración
La sudoración aumentada, especialmente por las noches, es común tras el parto mientras el cuerpo se ajusta a las nuevas hormonas. Protéjase de los escalofríos duchándose, cambiándose de ropa y cambiando las sábanas. Aumente la ingesta de líquidos para satisfacer la sed y evitar la deshidratación durante este periodo.
Menstruación y fertilidad posparto
Si está amamantando, es posible que no tenga la regla hasta que el bebé deje de amamantar. Aunque no haya menstruación, puede quedar embarazada. Si alimenta con pecho y no con biberón, la menstruación puede no presentarse durante la lactancia; si utiliza biberón, la menstruación suele regresar entre 6 y 12 semanas después del parto. Los primeros ciclos menstruales tras el parto pueden ser irregulares.
Cuándo consultar a su equipo de atención médica tras el parto
- Fiebre superior a 38 °C (100.4 °F) o escalofríos intensos.
- Secreción vaginal maloliente.
- Sangrado vaginal de color rojo brillante que persiste más allá del tercer día.
- Observar coágulos grandes (> de una ciruela) durante el sangrado.
- Dolor, ardor o dificultad al orinar.
- Cólicos intensos o dolor abdominal que no se alivia con analgesia.
- Aumento de enrojecimiento, hinchazón, moretones o dolor en el perineo, o separación de suturas.
- Aumento de la cantidad de descarga o sangrado que requiera usar más de una compresa por hora.
- Visión borrosa o dolor de cabeza severo o desmayo.
- Aumento del dolor, enrojecimiento, drenaje o separación de la incisión (en casos de cesárea).
- Dolor, hinchazón o enrojecimiento de una extremidad mayor que la otra.
- Zona tibia roja y dolorosa en el pecho.
- Dificultad para respirar o cualquier signo de alarma cardíaca.
- Signos de depresión posparto, como no poder afrontar las situaciones diarias, ideas de hacerse daño a sí misma o a su bebé, o sentir ansiedad, pánico o miedo la mayor parte del día.
Este resumen está diseñado para orientar sobre los cambios habituales tras el parto y cuándo buscar atención médica. Si tiene dudas o síntomas preocupantes, comuníquese con su profesional de salud para una evaluación individualizada y orientación adecuada a su situación.
Bibliografía
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