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¿Qué es la caquexia cardíaca?

La cachexia cardíaca es una condición grave de desnutrición y pérdida muscular que acompaña a la insuficiencia cardíaca, especialmente en etapas avanzadas. Se caracteriza por una pérdida de peso involuntaria y una disminución de la masa y la fuerza muscular, acompañadas de fatiga, disminución del apetito y deterioro de la capacidad para realizar actividades diarias. Su manejo requiere un enfoque multidisciplinario que combine nutrición, ejercicio y tratamiento de la insuficiencia cardíaca, además de vigilancia clínica estrecha.

Qué es la cachexia cardíaca

Definición y criterios clínicos

La cachexia cardíaca es una forma de malnutrición progresiva asociada a la insuficiencia cardíaca y a otras condiciones crónicas. Se identifica cuando hay una pérdida de peso involuntaria que excede ciertos umbrales durante un periodo de tiempo reciente, normalmente evaluados en combinación con otros signos y síntomas característicos. En la práctica clínica, la pérdida de peso involuntaria del 5% en los últimos 12 meses se considera un umbral relevante; en algunas definiciones se toma 6% o más como indicativo, especialmente si coexisten otros síntomas musculares o metabólicos.

Frecuencia y población afectada

La cachexia cardíaca se presenta en un porcentaje variable de pacientes con insuficiencia cardíaca crónica, estimándose que afecta aproximadamente entre 10% y 39% de estas personas. A nivel mundial, la insuficiencia cardíaca crónica afecta a más de 20 millones de personas, y la cachexia puede desarrollarse como complicación en un subconjunto significativo de estos pacientes, condicionando su pronóstico y su respuesta al tratamiento.

Síntomas y causas

Síntomas típicos

  • Pérdida de peso involuntaria ≥5% en un año, con pérdida de grasa y, a menudo, de masa muscular.
  • Reducción de la fuerza muscular y de la masa muscular (sarcopenia).
  • Fatiga marcada y sensación de agotamiento que limita las actividades diarias.
  • Disminución de la capacidad para realizar tareas cotidianas por falta de energía.
  • Disminución o pérdida de interés o deseo de comer (anorexia o anorexia relativa).

Factores causales y fisiopatología

  • Desbalance metabólico que dificulta la utilización de energía y nutrientes por parte del organismo.
  • Inadecuada ingesta de proteínas, ya sea por menor consumo o por intolerancias y disfagia en algunos pacientes.
  • Mala absorción de nutrientes a nivel gastrointestinal, que reduce la disponibilidad de aminoáci­dos y micronutrientes.
  • Falta de actividad física o sedentarismo, que favorece la pérdida de masa muscular y la debilidad.

Complicaciones asociadas

  • Sarcopenia progresiva y reducción de la masa muscular, que contribuye a la fragilidad y a un mayor riesgo de caídas.
  • Presencia de cicatrización o fibrosis en el músculo cardíaco, que puede agravar la disfunción cardíaca.
  • Situaciones de fragilidad general que elevan el riesgo de caídas e lesiones.
  • Alteraciones electrolíticas y de volumen (derangements) debidas a la malnutrición y a la retención de líquidos.
  • Osteoporosis, con densidad ósea reducida y mayor predisposición a fracturas.
  • La progresión de la cachexia puede contribuir a un deterioro funcional mayor y, en casos graves, a un desenlace fatal, especialmente cuando se acompaña de insuficiencia cardíaca avanzada.

Diagnóstico y pruebas

Diagnóstico clínico

El diagnóstico de cachexia cardíaca se plantea cuando hay una pérdida de peso involuntaria del 5% o más en el último año y se cumplen al menos tres de los siguientes criterios:

  • Fatiga o cansancio extremo.
  • Pérdida de fuerza muscular o de masa muscular observable.
  • Anorexia o disminución del deseo de comer.
  • Presencia de inflamación o markers inflamatorios en evaluación clínica.
  • Anemia u otros signos de malnutrición.
  • en sangre, reflejando estado nutricional comprometido.

Pruebas y evaluación complementaria

Para confirmar el diagnóstico y valorar la extensión de la cachexia, se suelen solicitar pruebas y evaluaciones complementarias, entre ellas:

  • Análisis de sangre para evaluar la función nutricional, inflamatoria y metabólica, incluyendo marcadores de anemia, albúmina y micronutrientes cuando corresponde.
  • Electrocardiograma (ECG) para evaluar la función eléctrica y la hemodinámica subyacentes.
  • Ecocardiografía para valorar la función cardíaca y las posibles causas de edema o retención de líquidos.
  • Radiografía de tórax para explorar congestión pulmonar o alteraciones estructurales.
  • DEXA (absorciometría de rayos X) para estimar la masa y densidad ósea y muscular.
  • Tomografía computarizada (CT) y/o resonancia magnética (MRI) según indicación para caracterizar la composición corporal y la distribución de la masa magra.
  • Pruebas de imagen funcional (parelación cardiopulmonar o CPET) para evaluar la capacidad de ejercicio y la respuesta metabólica.
  • En algunos casos, catheterización cardíaca derecha puede ayudar a estimar la cantidad de líquido excedente y el estado de la hemodinámica, facilitando la cuantificación de la pérdida de peso relacionada con la reducción de masa libre de agua versus retención de líquidos.

Es importante mencionar que la retención de líquido asociada a la insuficiencia cardíaca puede complicar la medición del IMC o índice de masa corporal, por lo que la valoración debe contextualizarse con otras medidas de composición corporal y estado nutricional.

Manejo y tratamiento

Enfoque terapéutico integral

El manejo de la cachexia cardíaca no se limita a incrementar la ingesta calórica. Requiere un enfoque multidisciplinario que combine estrategias nutricionales, actividad física adaptada y tratamiento óptimo de la insuficiencia cardíaca.

  • Se recomienda, cuando sea posible, ejercicio aeróbico y programas de rehabilitación cardíaca para mejorar la calidad de vida, reducir las estancias hospitalarias y favorecer una mejor supervivencia a largo plazo.
  • En casos de descompensación, síncope o hipotensión severa, puede ser necesaria la hospitalización para vigilar el estado hemodinámico, monitorizar la ingesta y ajustar tratamientos.
  • Tras un episodio agudo, es común planificar un programa de seguimiento durante las próximas 2 a 4 semanas que incluyan a especialistas clave: cardiólogo, nutricionista y médico de atención primaria.
  • En escenarios de insuficiencia cardíaca avanzada, la reversión total de la cachexia puede ser difícil si no se aborda la causa subyacente de la falla cardíaca; podría evaluarse la posibilidad de tratamientos especializados o cirugía, incluida la consideración de dispositivos de asistencia ventricular o trasplante cardíaco, según el caso.

Medicamentos y suplementos

Los tratamientos pueden incluir una combinación de suplementos nutricionales y fármocos orientados a mejorar el estado metabólico y muscular, siempre bajo supervisión médica. Entre las opciones documentadas se contemplan:

  • Suplemento de proteínas para apoyar la síntesis de tejido muscular.
  • Vitaminas como vitamina C y vitamina E para soporte antioxidante cuando estén indicadas.
  • Ácidos grasos omega-3 de origen marino para posibles efectos antiinflamatorios y metabólicos.
  • Estimulación anabólica mediante esteroides anabólicos en ciertos contextos y pacientes seleccionados.
  • Administración de hormona del crecimiento humano (HGH) en casos concretos y conforme a indicación especializada.
  • Agonistas de receptores de la ghrelina (ghrelin receptor agonists) para estimular el apetito y la ingesta.
  • Medicamentos que modulan la función cardiovascular, como betabloqueantes, y, en ciertos regímenes, moduladores selectivos de receptores androgénicos (SARMs).

Efectos secundarios y consideraciones

Ciertos fármacos o suplementos pueden producir efectos adversos. Entre los más comunes se encuentran:

  • Piel con tendencia a grasa y acné ocasional.
  • Edema en tobillos o piernas (hinchazón de tobillos).
  • Fatiga persistente.
  • Náuseas o malestar gastrointestinal.
  • Síncope o mareos, especialmente al iniciar tratamientos o ajustar dosis.
  • Problemas para dormir o insomnio.

Pronóstico y perspectivas

Qué esperar ante la cachexia cardíaca

La cachexia cardíaca suele asociarse a un pronóstico desafiante. No obstante, el curso y el resultado pueden mejorar con un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno. Cuanto antes se inicie la intervención, mayores son las probabilidades de mejorar la situación funcional y la calidad de vida, y de reducir el riesgo de complicaciones graves.

Riesgo de desenlaces graves

La evolución puede ser grave en algunos casos. En términos de supervivencia, se ha descrito que aproximadamente la mitad de las personas afectadas pueden enfrentar un desenlace fatal en un plazo de meses a pocos años, dependiendo de la gravedad de la insuficiencia cardíaca, la respuesta al tratamiento y la presencia de comorbilidades. Sin embargo, estos datos pueden variar ampliamente entre individuos y contextos clínicos.

Prevención y manejo diario

Estrategias para reducir el riesgo y gestionar la condición

La reducción de la vulnerabilidad frente a la cachexia cardíaca se apoya en intervenciones dirigidas a la insuficiencia cardíaca y al estado nutricional. Entre las pautas habituales se incluyen, cuando el equipo médico lo aprueba:

  • Uso de principios farmacológicos para controlar la presión arterial y la carga de trabajo del corazón, como inhibidores de la ECA (ACE inhibitors) y betabloqueantes, que pueden estabilizar la función cardíaca y, por ende, ayudar a mantener la masa muscular.
  • Diuréticos de asa (loop diuretics) para manejar la retención de líquidos y reducir la congestión, contribuyendo a una mejor tolerancia al ejercicio y a la ingesta de alimentos.
  • Antagonistas de la aldosterona para optimizar el balance de fluidos y la función renal, cuando sea indicado.

Vida diaria y autocuidado

Consejos prácticos para el día a día

  • Elegir alimentos suaves o de fácil masticación si la disnea dificulta la alimentación durante las comidas.
  • Consumir comidas más pequeñas y más frecuentes para facilitar la ingesta calórica sin sobrecargar al sistema respiratorio o digestivo.
  • Consultar con el equipo de atención médica la cantidad de sal adecuada, ya que las recomendaciones pueden variar según la función renal y la congestión.
  • Adoptar dietas que han mostrado beneficio en este contexto para enfermedad cardíaca general, como la Dieta Mediterránea y la dieta DASH.
  • Incluir suplementos nutricionales indicados por el profesional para mejorar la ingesta de nutrientes, lo que puede influir positivamente en la calidad de vida y en la supervivencia.
  • Si se está contemplando una cirugía de corazón (p. ej., trasplante), la optimización nutricional puede ayudar a preparar al cuerpo para el procedimiento y la recuperación.

Cuándo consultar y seguimientos

  • Consultar con el equipo de atención médica la frecuencia de las revisiones; puede requerirse control periódico del peso, aportes calóricos y evolución de la función cardíaca.
  • Estar atento a señales de alarma que requieren evaluación urgente, como empeoramiento de la disnea, desorientación, dolor torácico súbito o pérdida de conciencia.

Preguntas útiles para plantear al médico

  • ¿Qué grado de avance tiene mi cachexia cardíaca? ¿Qué criterios se emplean para clasificarla en mi caso?
  • ¿Qué dieta específica recomienda? ¿Podría indicarme un plan nutricional adaptado a mis necesidades?
  • Qué suplementos serían más beneficiosos para mí? ¿Qué efectos secundarios debo vigilar?
  • Qué ejercicios son adecuados? ¿Hay un programa de rehabilitación cardíaca al que pueda unirme?
  • Qué signos deben motivar una consulta urgente? ¿A quién debo llamar si mi peso cambia rápidamente o si apareciera fiebre, dolor o malestar inusual?

Bibliografía

Autor

Autor Íñigo Aranda Íñigo Aranda Íñigo Aranda es un apasionado de la divulgación en salud y bienestar. Con experiencia investigando hábitos saludables y tendencias médicas, dedica su tiempo a compartir información clara y práctica.