¿Qué es un tumor fungante?
Un tumor fungante es una masa cancerosa que crece a través de la piel, generando una herida que no cicatriza y que drena líquido. Su aspecto recuerda al de hongos por lo que se le llama “fungante”. Aunque es una complicación poco frecuente del cáncer, puede presentarse en diversos tipos y requiere atención especializada para tratar la enfermedad y controlar la herida, aliviando síntomas y mejorando la calidad de vida del paciente.
Definición y características
Los tumores fungantes representan una manifestación local de la enfermedad oncológica. Surgen cuando el cáncer invade la piel o tejidos cercanos, atravesando la barrera cutánea y formando una úlcera que puede drenarse de manera continua. Aunque muchos de estos casos se observan en cáncer de mama, también pueden presentarse en otros cánceres que afectan áreas adyacentes a la piel, como algunos cánceres de cabeza y cuello o lesiones cutáneas malignas, entre ellas melanoma, carcinoma de células escamosas y carcinoma de células basales.
Manifestaciones y causas
Síntomas
Las heridas fungantes varían en forma y tamaño y pueden presentar distintas presentaciones. Algunas se asemejan a una tumoración con aspecto de coliflor, mientras que otras son úlceras que se hunden en la piel, semejando un cráter. Los signos y síntomas más habituales incluyen:
- Secreción maloliente proveniente de la herida.
- Tejido expuesto blanco o amarillento, conocido como “slough” en terminología médica.
- Sangrado de la zona afectada.
- Picor o prurito en la región comprometida.
- Dolor asociado a la herida y al crecimiento tumoral.
Contexto y causas
Estos tumores corresponden a una complicación de cáncer en la que la enfermedad avanza lo suficiente como para invadir la piel cercana. Su ocurrencia se asocia a cánceres que se ven afectando estructuras superficiales o que están localmente avanzados. Aunque no todas las personas con cáncer desarrollan tumores fungantes, entre quienes sí, la afectación cutánea suele indicar un desafío terapéutico mayor y, a menudo, una necesidad de manejo multidisciplinario.
Diagnóstico y pruebas
Cómo lo diagnostican
El diagnóstico suele hacerse a partir de la apariencia clínica de la lesión, especialmente en personas con antecedentes de cáncer. No obstante, estas heridas pueden imitar infecciones o abscesos, por lo que es crucial una evaluación cuidadosa para distinguirlas de tejidos infectados que pueden sanar. El diagnóstico correcto es fundamental porque las heridas fungantes requieren enfoques de cuidado y tratamiento distintos a las infecciones convencionales.
Confirmación y estadificación
Para confirmar la naturaleza fungante de la lesión, el equipo de atención puede recurrir a pruebas de imágenes y a una biopsia. La imagenología ayuda a determinar la extensión del cáncer y la relación de la lesión con estructuras vecinas. La estadificación del cáncer es importante para entender en qué medida la enfermedad ha progresado y si está localizada o se ha diseminado (metastásica). En este contexto, los tumores fungantes pueden aparecer como parte de un cáncer localmente avanzado o, en algunos casos, asociarse a enfermedad metastásica.
Manejo y tratamiento
Enfoque terapéutico
El tratamiento de un tumor fungante suele requerir un enfoque interdisciplinario. Un oncólogo coordina la terapéutica antineoplásica basada en las características del cáncer y en las preferencias del paciente. Es especialmente importante la participación de especialistas en cuidado de heridas para optimizar la gestión de la herida. En algunos casos, el objetivo puede ser curar la enfermedad completa; en otros, prioritario es controlar el cáncer y garantizar la comodidad del paciente mediante medidas de soporte.
Objetivos del tratamiento
- Encoger el tumor: administrar tratamientos oncológicos para reducir su tamaño y facilitar otras intervenciones, como la cirugía, cuando sea posible. En muchas situaciones, reducir la masa tumoral facilita el manejo de la herida y la calidad de vida.
- Extirpar el tumor: en escenarios adecuados y con cirugía especializada, se puede realizar la resección mutua del tumor fungante, entendiendo que este procedimiento es complejo por la localización y la invasión de la piel.
- Control de la herida: incluso sin cirugía, disminuir la carga tumoral y aplicar cuidados de la herida facilita el manejo clínico, reduce complicaciones y atenúa molestias.
Cuidado de la herida fungante
El manejo de la herida es una parte central del plan terapéutico y debe ser guiado por el equipo multidisciplinario. Algunas de las intervenciones que pueden emplearse incluyen:
- Antibióticos tópicos: la aplicación de cremas antibióticas, como la metronidazol, sobre la lesión puede ayudar a eliminar bacterias, prevenir infecciones y reducir el olor asociado a la herida.
- Antibióticos orales: si hay infección activa que ha llegado a todo el organismo o si la infección es extensa, puede ser necesaria la administración de antibióticos por vía oral para eliminar la infección sistémica.
- Vendajes y apósitos: cubrir la herida con vendajes adecuados ayuda a absorver líquidos, controlar el olor y, en algunos casos, disimular la apariencia para la persona afectada. Los vendajes pueden estar compuestos por materiales como carbón activado, miel, hidrogel, poliuretano y plata, entre otros. El equipo de cuidado explicará las ventajas de la elección realizada.
Cuándo acudir a un profesional de la salud
La mayor parte de las personas con tumores fungantes mantienen visitas regulares con su equipo de atención oncológica. En casos de cuidado domiciliario, puede ser frecuente que un profesional visite para cambiar vendajes. Debes consultar a tu médico si observas un empeoramiento de los síntomas, un incremento del dolor, mayor sangrado, signos de infección sistémica o si necesitas un ajuste en el plan de control del dolor o en la frecuencia de cambios de vendaje.
Perspectivas y calidad de vida
Pronóstico
La esperanza de vida de una persona con un tumor fungante es muy individual y depende de múltiples factores, entre ellos el tipo de cáncer relacionado, el grado de avance en el momento del diagnóstico y la respuesta a las terapias. Aunque algunos tumores fungantes pueden curarse mediante una combinación de cirugía, radioterapia y tratamientos médicos, en otros casos el objetivo es controlar la enfermedad, aliviar síntomas y mantener la mejor calidad de vida posible. Un equipo oncológico puede brindar estimaciones más precisas y planificar las opciones adecuadas en cada situación.
Bienestar emocional y apoyo
El hecho de que la lesión sea visible puede intensificar el impacto emocional del diagnóstico oncológico. Es normal experimentar una carga emocional significativa. Se recomienda buscar apoyo psicológico para afrontar emociones como miedo, vergüenza o tristeza, y comunicar las inquietudes a familiares y cuidadores. Hablar con un terapeuta y compartir sentimientos puede facilitar el manejo del diagnóstico. Los proveedores de atención pueden sugerir ajustes como vendajes específicos que reduzcan la visibilidad de la herida o el odor, así como recursos de apoyo social.
Control de olores y confort
El olor de una herida fungante suele preocupar a las personas afectadas. Este aspecto depende de la presencia de bacterias y de los productos químicos que liberan en la herida. Los recursos de cuidado de la herida pueden proponer métodos para neutralizar olores y sensores de manejo ambiental. Es importante recordar que el olor no refleja higiene personal ni culpa del paciente; las intervenciones adecuadas ayudan a mitigar este aspecto y a mejorar el confort diario. Evita aplicar aceites esenciales u otros productos con fragancia directamente sobre la herida a menos que lo indique tu equipo médico.
Preguntas frecuentes
¿Qué huele un tumor fungante?
El olor depende de los compuestos liberados por las bacterias presentes en la herida y de los líquidos que drenan. En general, puede describirse como olores desagradables, que algunas personas comparan con queso rancio, huevos o pescado. Otros describen un aroma ligeramente dulzón. Es importante entender que el olor no está relacionado con la higiene de la persona, sino con la biología de la herida. Las estrategias de manejo, como antibióticos apropiados y vendajes absorbentes, pueden ayudar a reducir la intensidad del olor.
Vídeo sobre ¿Qué es un tumor fungante?
Bibliografía
Autor
Íñigo Aranda
Íñigo Aranda es un apasionado de la divulgación en salud y bienestar.
Con experiencia investigando hábitos saludables y tendencias médicas, dedica su tiempo a compartir información clara y práctica.