¿Qué es un podólogo? Qué hacen y cuándo consultar a uno
Un podólogo es un profesional de la medicina con especialización en el cuidado de los pies y tobillos. Evalúa, diagnostica y trata afecciones que impactan la extremidad inferior, realiza intervenciones quirúrgicas cuando corresponde y puede prescribir dispositivos como ortesis, férulas o ayudas para la movilidad. A continuación se presentan conceptos clave, procedimientos habituales y respuestas a preguntas frecuentes sobre este campo de la medicina.
Definición y alcance del cuidado podológico
El podólogo es un médico con formación específica en podiatría. En español se utiliza el término podólogo para referirse a este profesional, aunque también se le puede describir como médico podopático o cirujano podológico. Su ámbito de actuación abarca el cuidado del pie, el tobillo y la pierna inferior, y atiende a pacientes de todas las edades, incluido el desarrollo de condiciones en niños.
Formas de práctica
Los podólogos pueden ejercer en diversos entornos. Algunos tienen consultorios independientes y, en ocasiones, trabajan dentro de hospitales o clínicas de sistemas de salud. Otros forman parte de grupos multidisciplinares en atención de pie y tobillo, mientras que otros solo cuentan con oficinas propias. En cualquier caso, su labor se orienta a la evaluación, diagnóstico y tratamiento de las condiciones que afectan a estas regiones del cuerpo.
Qué hace un podólogo
Un podólogo está capacitado para diagnosticar y tratar cualquier problema del pie o del tobillo. Su trabajo típica incluye la realización de exámenes físicos y el uso de pruebas diagnósticas para identificar dificultades que dificultan el movimiento o el uso de la extremidad inferior. También pueden realizar intervenciones quirúrgúrgicas cuando es necesario. El ámbito de atención comprende a personas de todas las edades, incluidos los niños.
- Diagnosticar condiciones de salud que afectan los pies y los tobillos.
- Ordenar pruebas de laboratorio o pruebas de imagen para apoyar el diagnóstico.
- Recetar medicamentos cuando corresponde al tratamiento.
- Realizar cirugía en pie y tobillo cuando es necesario para corregir una condición o lesión.
- Prescribir dispositivos médicos como ortesis (inserts para el calzado), férulas y yesos.
- Indicar dispositivos de movilidad como bastones o andadores cuando la marcha o el apoyo requieren asistencia.
Durante la consulta, el podólogo suele recabar información sobre la salud general y los medicamentos que toma el paciente, centrarse en los síntomas presentes y en cuándo aparecieron por primera vez. Es frecuente que realice una evaluación de la marcha (gait) para entender la mecánica de caminar y observar cómo se distribuye la presión en los pies. También preguntará sobre el tipo de calzado habitual y sobre las actividades laborales, deportivas o hobbys que puedan generar estrés o tensión adicional en pies y tobillos.
Condiciones y causas tratadas
Problemas comunes del pie y del dedo del pie
- Uñas encarnadas.
- Deformidades de los dedos.
- Lesiones del pie y del tobillo.
- Juanetes (hallux valgus).
- Verrugas plantares.
- Artritis del pie y del tobillo.
- Afecciones cutáneas que afectan la piel y las uñas del pie.
- Problemas del pie diabético.
- Tendinitis.
- Fracturas del pie y del tobillo.
- Hinchazón de la extremidad inferior.
- Heridas en la pierna y úlceras del pie y de los dedos.
Lesiones y fracturas específicas
- Lesiones deportivas y esguinces del tobillo, incluyendo esguinces de alto tobillo.
- Bursitis del talón (bursitis calcánea).
- Fascitis plantar, una causa frecuente de dolor en el talón.
- Rupturas del tendón de Aquiles.
En casos de fracturas, el podólogo puede colaborar con otros especialistas para un manejo integral del paciente, incluyendo la evaluación de fracturas específicas, como las descritas a continuación.
- Fracturas del quinto metatarso.
- Fracturas o dislocaciones de los dedos.
- Fracturas Lisfranc.
- Fracturas Jones.
- Fracturas del astrágalo.
Cuidados del pie relacionados con la diabetes
La diabetes implica un riesgo elevado de problemas en el pie, por lo que un podólogo puede ser una pieza clave del equipo de atención. Las personas con diabetes tienen mayor propensión a desarrollar úlceras e infecciones en los pies, y a menudo los síntomas en los pies son la primera señal de neuropatía diabética. En este contexto, el podólogo realiza una serie de acciones específicas:
- Indagar sobre los síntomas que presenta el paciente y cómo se está gestionando la glucosa en sangre.
- Examinar de forma detallada los dedos, los pies y las piernas para identificar signos de daño o neuropatía.
- Evaluar la sensibilidad y la capacidad de sentir mediante herramientas adecuadas para detectar alteraciones de la sensibilidad.
Si se identifica una úlcera o ampolla relacionada con la diabetes, el podólogo debe:
- Inspeccionar la úlcera o ampolla para signos de infección, como cambio de color, hinchazón, calor o secreción.
- Solicitar pruebas de imágenes, para ver afectación que va más allá de la piel, como radiografías.
- Tomar muestras de piel o de secreción para identificar infección y orientar el tratamiento.
¿Cuándo acudir a un podólogo?
- Dolor en el pie o el tobillo.
- Descoloración o enrojecimiento de la piel.
- Hinchazón en la zona afectada.
- Sensación de calor o calor local en el área dolorida.
- Nuevas protuberancias en la piel o bajo la piel.
Aunque muchos de los problemas más comunes de los pies no son de alto riesgo vital, es recomendable consultar a un podólogo antes de iniciar cualquier tratamiento en casa. La autoevaluación y la automedicación con productos de venta libre pueden, en algunos casos, complicar una condición que podría ser manejada con una orientación profesional adecuada.
Preguntas frecuentes
¿Un podólogo es un médico?
Sí, los podólogos son médicos. Poseen un Doctor en Medicina Podiátrica (DPM) y han seguido una formación especializada en podiatría. Equivale, en el ámbito de su disciplina, a un médico con título MD o DO en otras áreas. Los podólogos están acreditados para diagnosticar y tratar cualquier problema que afecte los pies, incluido realizar intervenciones quirúrgicas cuando sea necesario.
¿Cuánto tiempo toma convertirse en podólogo?
La vía típica para convertirse en podólogo comprende, en primer lugar, completar una licenciatura de pregrado, seguida de un título de Doctor en Medicina Podiátrica (DPM), lo que suele requerir cuatro años de formación universitaria específica. Después de obtener el DPM, la mayoría de los podólogos realiza un periodo de residencia de aproximadamente tres años de entrenamiento. existe la posibilidad de completar un año adicional de formación de fellow para ampliar competencias en áreas específicas.
¿Cuál es la diferencia entre podólogo y ortopedista?
El podólogo y el ortopedista son profesionales de la salud especializados, pero con enfoques distintos. Un podólogo se especializa en el cuidado de los pies, tobillos y la pierna inferior, y tiende a abordar problemas que afectan específicamente esas regiones, incluyendo la realización de cirugías cuando corresponde. Un ortopedista es un especialista en el sistema locomotor en su conjunto —huesos, músculos, articulaciones y tejidos blandos— y es, en su mayoría, un cirujano que puede prescribir tratamientos no quirúrgicos. Dependiendo de la lesión o condición, puede ser necesario visitar ambos profesionales para un manejo completo.
En la práctica clínica, la elección entre estos dos especialistas depende de la lesión o condición concreta y de la necesidad de un abordaje más general o más focal en el pie y tobillo. En muchos casos, el cuidado óptimo implica la colaboración entre un podólogo y un ortopedista para garantizar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
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Bibliografía
Autor
Íñigo Aranda
Íñigo Aranda es un apasionado de la divulgación en salud y bienestar.
Con experiencia investigando hábitos saludables y tendencias médicas, dedica su tiempo a compartir información clara y práctica.